
Estar al lado de quienes más queremos en su duelo no significa tener todas las respuestas, ni (querer) encontrar el modo de evitar su dolor, sino permanecer a su lado teniendo muy presente la inexistencia de atajos ni vías -o salidas rápidas de escape- que puedan resolver de manera sencilla la huella de una pérdida y herida tan profundas.
Acompañar a tu pareja en un momento de duelo profundo puede ser tan doloroso como delicado. Querer aliviar su sufrimiento es natural, pero a veces no sabemos cómo hacerlo sin sentirnos superados, incapaces o simplemente impotentes. Lo más importante es recordar que tu presencia, tu constancia y tu comprensión son clave para su proceso tratándose de un momento tan sensible.
Algunas formas de acompañar con empatía y de manera reconfortante:
Escucha activamente, sin intentar “arreglar” lo que siente. A veces, tu pareja solo necesita ser escuchada sin consejos ni soluciones. Darle espacio a lo que está viviendo, validando sus emociones, aunque no puedas “quitárselas”, ya es un gran acto de amor.
Sé paciente con sus silencios, lágrimas o cambios en su estado de ánimo. El duelo no tiene un libro de instrucciones ni tampoco funciona como una línea recta. Cada persona lo transita a su manera y de acuerdo a sus tiempos. Acompañar también es respetar ese movimiento interno.
Evita minimizar su dolor con frases como “sé fuerte”, “ya pasará” o “el tiempo lo cura". En su lugar, emplea expresiones como: “Estoy aquí contigo” o “No estás solo/a”. Y si no sabes que decir, simplemente, mantente a su lado en silencio.
Cuida también de ti. Acompañar en el duelo puede remover muchas emociones propias y ser agotador. Buscar apoyo para ti, hablar de lo que te pasa o permitirte descansar en aras de tu bienestar emocional también es parte del compromiso afectivo como pareja.
Fomenta, sin presionar, la búsqueda de ayuda profesional. Un psicólogo especializado en duelo puede ofrecerle a tu pareja el espacio terapéutico que necesita para transitar su pérdida y lo que está viviendo, sin sobrecargar el vínculo de pareja.
Acompañar a alguien que queremos en su dolor no es fácil, y tampoco deberíamos hacerlo solos/as si tenemos la posibilidad de contar con el apoyo para que así sea, cuidando y sin llegar a perdernos a nosotros/as mismos por la fragilidad del camino en curso.
Si sientes que este momento os está superando, el momento de recibir apoyo psicológico es ahora. Encontrar el acompañamiento profesional a medida que estáis precisando desde el respeto, el cuidado mutuo y sin expectativas imposibles de alcanzar abre la puerta y os ofrece la oportunidad de encontrar el modo de reconstruir poco a poco la confianza en vosotros y la capacidad y de seguir adelante conviviendo con el dolor sin quedarse atrapados en él, paso a paso.
Sentirnos acompañados/as en un momento así puede marcar la diferencia y ayudarnos mucho más de lo que pensamos. No porque “alguien” tenga las respuestas, sino porque compartir el dolor con un profesional especializado en los procesos de duelo y pérdidas puede aliviar el peso que justo ahora —o en ese lapso—pueda parecer demasiado difícil de sobrellevar en solitario.
Busca la ayuda de profesionales especializados. Son quienes mejor podrán asistirte porque SON quienes específicamente están capacitados y cualificados para atenderte ya que poseen las habilidades y herramientas necesarias para evaluar la situación, intervenir en el manejo de situaciones y conversaciones difíciles, brindarte el tratamiento oportuno y actuar con rapidez en situaciones críticas.
Si tienes un ser querido que está atravesando un momento difícil, recuerda que tu atención y apoyo pueden ser el impulso que necesita para encontrar el camino hacia la recuperación. En determinadas circunstancias, que sea otro/a quien se atreva a dar un primer paso por nosotros/as permaneciendo a nuestro lado y empezar por hablarlo es un pequeño gran acto de amor incondicional y de cuidado hacia uno/a mismo/a.
Y si eres TÚ quien está sufriendo o sintiendo que lo que estás viviendo te supera o simplemente necesitas un espacio seguro y confiable para abrirte y sentirte comprendido, por favor, no decaigas, mantén la esperanza. Dar ese paso también forma parte del cuidado. A veces, el comienzo de un nuevo rumbo ES pedir ayuda. Soy consciente de que dar el primer paso puede ser difícil, pero no tienes que hacerlo solo/a.
Sea lo que sea lo que te pase, cuéntalo, compártelo, ayúdate y ayúdame a ayudarte si tu deseo es contactarme.
Si estás en un momento de crisis y/o necesitas ayuda en este preciso instante, por favor, haz uso de los recursos de ayuda que tienes a tu disposición los 365 días del año, las 24 horas del día:
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