¿Qué es la intervención psicológica en emergencias?

¿Qué es la intervención psicológica en emergencias?

La vida determina el curso de cuanto sucede en tan solo un instante, sabiendo que hay situaciones impredecibles que provocan un giro integral, momentos de crisis angustiosos que sobrepasan a cualquiera y acontecimientos desoladores de envergadura incomparable donde la emergencia irrumpe y la actuación inmediata puede cambiarlo todo.

La Psicología de Emergencias es una disciplina que promueve la prevención y la orientación hacia el bienestar, dotando a las personas que puedan verse afectadas por situaciones de alto impacto emocional, de estrategias que faciliten la disminución de la probabilidad de aparición de psicopatología u otras consecuencias negativas en su salud mental (Soto-Baño y Clemente-Suárez, 2021).

La intervención psicológica en emergencias supone una atención profesional especializada que se brinda a personas que atraviesan situaciones altamente estresantes, traumáticas o inesperadas por su elevado nivel de estrés asociado, como intentos de suicidio, muertes repentinas, accidentes, pérdidas significativas, etc. (situaciones de emergencia ordinaria), o desastres y catástrofes naturales, atentados terroristas, incendios, accidentes aéreos y ferroviarios, etc. (situaciones de emergencia extraordinaria).

Su objetivo es proporcionar un apoyo y contención emocional inmediatos para minimizar las consecuencias psicoemocionales de la situación vivida, ayudar a estabilizar el estado mental y emocional de la persona afectada, prevenir el desarrollo de dificultades emocionales mayores a futuro y facilitar una respuesta adaptativa ante lo ocurrido, promoviendo su bienestar.

Este tipo de intervención, entre otros, se caracteriza por:

  • Atención e intervención inmediatas y centradas en el presente: intervención focalizada en lo que la persona necesita en el aquí y ahora (primeros auxilios psicológicos).
  • Reducción del impacto psicológico: intervención de primera respuesta para aliviar y reducir la angustia y pánico ocasionados y evitar una desorganización mayor.
  • Favorecer el afrontamiento de la situación y facilitar la recuperación, recuperando el sentido de seguridad.
  • Acompañamiento cercano y sin juicios: presencia profesional empática y respetuosa, que favorece un espacio seguro para que la persona exprese y dote de sentido a lo que está viviendo y sintiendo en el momento.
  • Apoyo en la toma de decisiones inmediatas: informar y orientar sobre recursos de ayuda, fomentando el acceso a ayuda especializada en caso de necesidad.
  • Evaluación y detección de necesidades urgentes o riesgo suicida: identificación de señales y factores riesgo que requieran de una atención inmediata y especializada para proteger la seguridad y el bienestar de la persona.
  • Detectar y prevenir la aparición de posibles secuelas psicológicas: intervención temprana con el fin de reducir el desarrollo de graves problemas psicológicos a largo plazo, como el trastorno de estrés postraumático o la depresión.
  • Derivación hacia otros recursos cuando sea necesario: derivación o coordinación con servicios médicos (psiquiátricos, urgencias), sociales o familiares según cada caso.

La intervención psicológica en emergencias también puede extenderse al entorno cercano (familiares, allegados, testigos o profesionales de primera línea), ayudando a contener y procesar las reacciones emocionales ante el evento.

Contar con este tipo de apoyo no solo reduce el impacto inmediato de la crisis, sino que también crea un punto de partida más seguro para la recuperación cuando todo se desmorona o uno/a se siente desbordado/a.

Busca la ayuda de profesionales especializados (más información aquí). Son quienes mejor podrán asistirte porque SON quienes específicamente están capacitados y cualificados para atenderte ya que poseen las habilidades y herramientas necesarias para evaluar la situación, intervenir en el manejo de situaciones y conversaciones difíciles, brindarte el tratamiento oportuno y actuar con rapidez en situaciones críticas.

Tenlo claro: apoyo y asistencia de profesionales, especializados y competencialmente preparados.

Si tienes un ser querido que está atravesando un momento difícil, recuerda que tu atención y apoyo pueden ser el impulso que necesita para encontrar el camino hacia la recuperación.

Y si eres TÚ quien está sufriendo o estás pasando por un momento delicado difícil de sobrellevar no decaigas y mantén la esperanza: hay ayuda.

A veces, el comienzo de un nuevo rumbo ES pedir ayuda. Soy consciente de que dar el primer paso puede ser difícil, pero no tienes que hacerlo solo/a.

Sea lo que sea lo que te pase, cuéntalo, compártelo, ayúdate y ayúdame a ayudarte si tu deseo es contactarme.

Si estás en un momento de crisis y/o necesitas ayuda en este preciso instante, por favor, haz uso de los recursos de ayuda que tienes a tu disposición los 365 días del año, las 24 horas del día:

  • 112, teléfono de emergencias.

  • Línea 024 de atención a la conducta suicida.

  • Fundación ANAR para la ayuda a niños/as y adolescentes: 900 20 20 10.