¿Qué puedo hacer si un amigo/a ha perdido a alguien por suicidio?

¿Qué puedo hacer si un amigo/a ha perdido a alguien por suicidio?

El dolor de una pérdida por suicidio es difícil de imaginar y aún más de sobrellevar. No exige respuestas, sino presencia y disponibilidad para convertirse en el mayor apoyo y en realidad en lo más valioso que puede ofrecerse para romper con la soledad y el silencio que tanto pesa y aísla, dando un respiro.

Acompañar a un amigo/a que ha perdido a un ser querido por suicidio puede resultar abrumador. Muchas veces no sabemos qué decir o tememos hacer daño, sin embargo, nuestra presencia y apoyo pueden marcar una gran diferencia. Este tipo de pérdida suele vivirse con un dolor profundo, confusión, culpa o desconcierto, y a menudo se acompaña de silencio o aislamiento, por lo que estar disponible emocionalmente ya supone un muy buen soporte, además de un acto de cuidado hacia la persona que te importa.

¿Cómo puedes ayudar?

  • Escucha sin juzgar. No intentes buscar explicaciones ni ofrecer respuestas. Simplemente mantente a su lado estando presente, en silencio si es necesario. Eso ya es un acto de cariño.

  • Evita frases hechas. Aunque bienintencionadas, pueden resultar dolorosas o profundamente hirientes. No opines, ni tampoco trates de dar explicaciones. Consuela su dolor, validando sus emociones. Quédate cerca, y en silencio si no sabes qué decir. No tener respuestas, pero estar ahí es lo único que importa.

  • Respeta su ritmo. No apresures o aceleres el proceso ni esperes que “lo supere” pronto. El duelo de la muerte por suicidio es complejo y requiere estar presente sin invadir, acompañando de manera respetuosa los tiempos y las necesidades de la otra persona.

  • Ofrece ayuda concreta. Desde acompañarlo a una cita hasta preparar una comida, hacer un recado o proponer un paseo. A veces las palabras sobran, pero los gestos hablan por sí solos, alivian y muestran que estás cerca, incluso cuando no las hay o simplemente no se tienen.

  • Anímale —y ayúdale— a buscar apoyo profesional. Puedes sugerirle profesionales especializados, grupos de apoyo o asociaciones en las que poder apoyarse, e incluso acompañarle si lo desea.

Importante: no necesitas tener todas las respuestas. No estás ahí para dar respuestas, sino para suponerle un refugio empático y disponible, sin exigencias, que como amigo/a resulte ser lo más valioso que puedas ofrecerle en este momento.

Acompañar a alguien que queremos en su dolor no es fácil, y tampoco deberíamos hacerlo solos/as si tenemos la posibilidad de contar con el apoyo para que así sea, cuidando y sin llegar a perdernos a nosotros/as mismos por la fragilidad del camino en curso.

Si sientes que este momento te está superando, tienes dudas o no sabes qué hacer para poder ayudarlo/a, el momento de recibir el soporte oportuno es ahora. Comprender tu particular situación puede ser la mejor manera de ofrecer un apoyo efectivo, sin dejarte a ti de lado en el camino.

Busca la ayuda de profesionales especializados. Son quienes mejor podrán asistirte porque SON quienes específicamente están capacitados y cualificados para atenderte ya que poseen las habilidades y herramientas necesarias para evaluar la situación, intervenir en el manejo de situaciones y conversaciones difíciles, brindarte el tratamiento oportuno y actuar con rapidez en situaciones críticas.

Si tienes un ser querido que está atravesando un momento difícil, recuerda que tu atención y apoyo pueden ser el impulso que necesita para encontrar el camino hacia la recuperación. En determinadas circunstancias, que sea otro/a quien se atreva a dar un primer paso por nosotros/as permaneciendo a nuestro lado y empezar por hablarlo es un pequeño gran acto de amor incondicional y de cuidado hacia uno/a mismo/a.

Y si eres TÚ quien está sufriendo o sintiendo que lo que estás viviendo te supera o simplemente necesitas un espacio seguro y confiable para abrirte y sentirte comprendido, por favor, no decaigas, mantén la esperanza. Dar ese paso también forma parte del cuidado. A veces, el comienzo de un nuevo rumbo ES pedir ayuda. Soy consciente de que dar el primer paso puede ser difícil, pero no tienes que hacerlo solo/a.

Sea lo que sea lo que te pase, cuéntalo, compártelo, ayúdate y ayúdame a ayudarte si tu deseo es contactarme.

Si estás en un momento de crisis y/o necesitas ayuda en este preciso instante, por favor, haz uso de los recursos de ayuda que tienes a tu disposición los 365 días del año, las 24 horas del día:

  • 112, teléfono de emergencias.
  • Línea 024 de atención a la conducta suicida.
  • Fundación ANAR para la ayuda a niños/as y adolescentes: 900 20 20 10.

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