Cómo saber si alguien quiere suicidarse: señales de alerta.

Cómo saber si alguien quiere suicidarse: señales de alerta.

Lo que necesitas saber para actuar a tiempo ante el riesgo de suicidio ya que reconocer y actuar son claves para prevenir el suicidio.

Hablar sobre el suicidio puede ser un tema difícil y delicado, pero también algo esencial para poder brindar apoyo y prevenir tragedias. No olvidemos que el suicidio como tal es un tema que muchas veces evitamos abordar, ya sea por miedo, desconocimiento, por tratarse de un tema tabú o porque pensamos que no nos toca de cerca. Nada más lejos de la realidad: desgraciadamente, el suicidio es algo que nos puede tocar a todos. Nadie está exento.

Por ello, aprender a identificar y reconocer las señales de alerta y saber cómo actuar llegado el momento no solamente puede marcar la diferencia en la vida de alguien que se está debatiendo entre la vida y la muerte con pensamientos suicidas e incluso salvarla, sino que, a su vez, también puede contribuir muy positivamente a la concienciación y sensibilización colectivas que tanto necesitamos ante un problema de salud pública en el que nos hallamos actualmente como es el suicidio. Muchas veces, las personas que están pensando en quitarse la vida no lo dicen directamente, pero su dolor se manifiesta de otras maneras.

Partimos de la base de que, las señales de alerta son todos aquellos indicios o signos de advertencia que, aunque no siempre resultan evidentes, pueden revelar que una persona está atravesando un sufrimiento emocional intenso, una crisis emocional grave o una situación emocional crítica. De esta forma, aunque a menudo son sutiles, se manifiestan con cambios en el comportamiento, expresiones de desesperanza e inutilidad o aislamiento. Por ello, reconocerlas a tiempo será de vital importancia para poder intervenir y brindar el apoyo adecuado antes de que la situación se agrave. En tal caso, por favor, observa y presta atención a lo siguiente:

  • Cambios en el comportamiento —o un comportamiento inusual— donde se produzca, por ejemplo:
    • Una pérdida de interés o indiferencia, falta de energía o apatía ya que conlleva dejar de disfrutar de actividades que antes nos apasionaban.
    • Cambios en el sueño o el apetito cuyas consecuencias traen consigo insomnio, dormir en exceso, una pérdida o un aumento drástico de peso…
    • Cambio abrupto en el estado de ánimo o en la apariencia personal.
    • Conductas autodestructivas como un consumo excesivo de alcohol y/o drogas, acciones temerarias o autolesiones.
    • Aislamiento o retraimiento, especialmente, en personas que solían ser sociables y comienzan o pasan a evitar el contacto con amigos y familiares.
    • Mostrar una tristeza y aflicción profundas que parecen no desaparecer.
    • Manifestar una preocupación inusual por la muerte: investigar sobre formas de quitarse la vida, hablar con frecuencia de la muerte o fantasear con ella, escribir (o dibujar incluso) sobre el suicidio o formas de autoagredirse, etc.
    • (…)
  • Expresiones de desesperanza e inutilidad que, en realidad, son gritos silenciosos que necesitan ser escuchados.

Llegados a este punto, como seguramente ya habrás podido advertir, las señales de alerta, ya sean más o menos explícitas, SON, por un lado, indicadores substanciales de que alguien puede estar enfrentando un sufrimiento profundo que no puede manejar por sí solo y, por otro, una forma en la que el sufrimiento interno se expresa y en ningún caso debe ser ignorado. Ahí es donde radica la idoneidad de estar atentos, aun incluso cuando tengamos la sensación de que no parezca haber indicios claros.

Detectarlas e identificarlas se presenta como algo crucial y trascendental. Reconocerlas ES el primer paso, pero más importante todavía es el siguiente que demos en la dirección de cómo saber actuar.

En momentos de crisis, ES esencial no asumir que podemos manejar la situación por nuestra cuenta ya que tan imprescindible es ofrecer nuestro apoyo como amigos o familiares como alentar a la persona a buscar ayuda profesional estando ahí para ella.

Buscar la ayuda de profesionales especializados no solo es una muestra de cuidado hacia la persona que sufre, sino también una acción proactiva indispensable por nuestra parte que puede marcar la diferencia a la hora de ayudar a encontrar apoyo y un camino hacia la recuperación. A decir verdad, dichos profesionales son quienes están capacitados para abordar estas situaciones de vulnerabilidad extrema con el cuidado y la atención que estas personas precisan, dotando de herramientas y medios que pueden suponer un punto de inflexión en un momento tan angustioso, difícil y delicado como pueda ser el que estén atravesando. Nadie debería -ni debe- enfrentarse a un dolor así en soledad, especialmente, cuando los recursos están ahí para ofrecer un acompañamiento experto y compasivo.

Sea lo que sea lo que te pase, cuéntalo, compártelo, ayúdate y ayúdame a ayudarte si tu deseo es contactarme.

Si estás en un momento de crisis y/o necesitas ayuda en este preciso instante, por favor, haz uso de los recursos de ayuda que tienes a tu disposición los 365 días del año, las 24 horas del día:

  • 112, teléfono de emergencias.
  • Línea 024 de atención a la conducta suicida.
  • Fundación ANAR para la ayuda a niños/as y adolescentes: 900 20 20 10.